Presente solo en alimentos de origen vegetal (los de origen animal no contienen), la fibra es más abundante en las legumbres, solo superadas por unos pocos alimentos procesados atiborrados a propósito. Los cereales, los frutos secos, las semillas, las frutas, las verduras y las hortalizas son otros alimentos con gran aporte de fibra a nuestra dieta, todos ellos básicos en nuestra abandonada dieta mediterránea.