La dieta mediterránea, basada en frutas y verduras, grasas saludables -como el aceite de oliva- y el consumo de granos enteros, entre otras características, ha destacado desde hace años por proporcionar beneficios a nivel cardiovascular y disminuir el riesgo de muerte prematura. Pero, poco a poco, ha sido capaz de demostrar más beneficios si cabe.