Los españoles nos alejamos de la dieta mediterránea, y apenas nos diferenciamos de los hábitos alimenticios anglosajones. Estudios recientes de la FAO muestran que la leche y carne han ganado peso en la dieta de los españoles en detrimento del almidón de las raíces, de los cereales integrales, de las hortalizas y frutas. Para el doctor Francisco Tinahones, jefe de Pediatría del Hospital Carlos Haya, “los cambios han sido radicales en los hábitos culinarios de las familias españolas en los últimos 40 años. El tiempo de cocción que requieren muchos guisos y comidas tradicionales hace que los núcleos familiares opten por comidas procesadas o con menor tiempo de preparación».