Sopa de pollo con salsa de huevos y limón

Es quizás la sopa una de las elaboraciones culinarias más adaptadas a las necesidades humanas y al medioambiente que nos brinda el territorio mediterráneo. Por eso cabe, sin duda, darle especial mención por su gran versatilidad y solvencia a lo largo de tantos años de convivencia y supervivencia alimentaria. En la gastronomía griega, garante del cruce entre la cocina occidental y la oriental, la sopa de avgolemono constituye uno de los platos más típicos o una de las preparaciones más presentadas como entrante en las comidas festivas. El término avgolemono (preparado de mezcla de huevo y limón) define tanto una sopa como una salsa, según el uso que se le dé en función del tipo de elaboración y los ingredientes que se utilicen para el caldo, ya sean verduras, pescado o pollo, la carne más habitual. Como salsa se puede servir para acompañar arroz, pasta, estofado o asado de carne y una especie de rollos vegetales tradicionales llamados dolma. El huevo sirve precisamente para espesar el caldo y darle más gusto, además de proporcionar al plato el valor nutricional suficiente como para convertirlo en una opción alimentaria bien consistente. Parece ser que la sopa avgolemono tiene sus homólogas en varios países de cultura árabe como Egipto o Turquía, donde se conoce como Shurba bi-l-tarbiya i Terbiye o Beida bilemoune, respectivamente. Y es que aunque la gastronomía griega se basa en la simplicidad y perfecta combinación de productos frescos mediterráneos, el exotismo de algunas de sus elaboraciones deja ver las influencias turcas que recibe a raíz de su privilegiada posición geográfica.