Picar los frutos secos hasta que queden reducidos a trozos muy pequeños.
Fundir la mantequilla y engrasar una sartén de aproximadamente 20x20x5 centímetros.
Cubrir la pasta filo con un paño húmedo para evitar que se seque mientras se prepara la baklava. Las hojas de pasta filo son fáciles de manejar si se toma esa sencilla precaución.
A continuación, se coloca una hoja de filo en el fondo de la sartén, se unta con mantequilla y se añaden del mismo modo 3 o 4 hojas más, siempre de una en una.
Por encima, se espolvorea con parte de los frutos secos y con canela y se añaden 2 o 3 hojas más, siempre untándolo con mantequilla cada una de ellas. Se realiza este proceso varias veces hasta que se acaben los ingredientes y se finaliza con 4 o 5 hojas de pasta y la última capa de frutos secos por encima.
Con un cuchillo muy afilado se realizan cortes en diagonal sobre la capa superior. Se vuelve a untar con mantequilla y se hornea a 160 o 175ºC hasta que la parte superior adquiera un color dorado, aproximadamente media hora.
Mientras tanto, preparar el almíbar calentando conjuntamente el azúcar, la miel, las rodajas de limón y el agua durante unos 10 o 15 minutos.
Retirar el baklava del horno y se vierte el almíbar por encima antes de que se enfríe.
Antes de servir se deja reposar durante algunas horas.
Raciones 0