La proteínas del huevo se considera de muy buena calidad. ¡Las proteínas con su función estructural contribuyen al crecimiento y reparación de los tejidos!
Los huevos fueron un ingrediente básico en los banquetes más importantes de los antiguos griegos y en particular en aquellos que se celebraban con motivo de una boda.
Lavamos con abundante agua la patata, la zanahoria y el tomate.
Luego pelamos la cebolla, la patata, la zanahoria y el diente de ajo y, además, cortamos la patata, la zanahoria y el jamón en dados pequeños. Picamos finamente la cebolla y el ajo.
En una olla mediana hervimos la patata y la zanahoria durante unos 25 minutos aproximados. A parte, precalentamos el horno a 250ºC.
En una sartén mediana, ponemos el aceite de oliva, y añadimos la cebolla picada para sofreír a fuego lento. Cuando esté transparente, le añadimos el ajo y cuando esté dorado, añadimos el tomate triturado. Estará listo cuando el tomate empiece a oscurecer.
Con la ayuda de una cuchara sopera, colocamos una base de tomate sofrito en cada cazuela de barro. Añadimos un puñado de patata, zanahoria y jamón por encima del tomate. Rompemos un huevo por encima de toda la preparación, salamos al gusto y rociamos con un chorrito de aceite de oliva.
Introducimos las cazuelas de barro en el horno durante unos 7-8 minutos.
Presentamos las cazuelas de barro según salen del horno dispuestas en los platos llanos.
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